La resistencia a los antibióticos aumenta, tanto que ya se considera una “pandemia silenciosa”. Y es que, según la Organización Mundial de la Salud la resistencia de algunos organismos a los antibióticos ha crecido un 40 % en los últimos años. En Europa, cada día más de 35.000 personas mueren por infecciones derivadas de la resistencia a los antibióticos.
Contra esta situación, hay que tomar medidas.
Prevención y control
Desde la OMS lanzan algunas recomendaciones para prevenir y controlar la resistencia a los antibióticos.
La población general puede:
- Tomar antibióticos únicamente si se lo ha prescrito el médico.
- No pedir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
- Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
- No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
- Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
- Informarse sobre el impacto de la resistencia a los antibióticos.
Los profesionales de la salud pueden:
- Evitar las infecciones velando por la limpieza de las manos, el
instrumental y el entorno. - Prescribir y dispensar antibióticos solo cuando sean necesarios.
- Notificar las infecciones resistentes a los antibióticos a los equipos de
vigilancia. - Informar a los pacientes sobre cómo tomar los antibióticos
correctamente. - Informar a los pacientes sobre cómo se pueden prevenir las infecciones
(por ejemplo, vacunándose, lavándose las manos, velando por la
seguridad de las relaciones sexuales o cubriéndose la boca y la nariz al
estornudar).
Uso de antibióticos en niños
También los pediatras han hecho un llamamiento. La AEP y la SEIP invitan a implementar estrategias de prevención y control de infecciones y el desarrollo de pruebas diagnósticas rápidas y de nuevos antimicrobianos como medidas clave para que los antimicrobianos de los que disponemos actualmente sigan siendo útiles.
Desde la SEIP han establecido un manual de cara a los profesionales sanitarios para que los antibióticos sigan siendo efectivos.

Recordemos que la lactancia materna disminuye el riesgo de infecciones, de consultas médicas y de hospitalizaciones en los lactantes amamantados, por lo que la lactancia materna disminuye la necesidad de tomar antibióticos y por tanto previene la aparición de resistencias antibióticas.
