Artículo de Desirée Mena Tudela, profesora de la Universitat Jaume I y miembro de APILAM
Hoy, 25 de noviembre, gritamos fuerte ¡basta de violencia contra las mujeres! Y, precisamente hoy, desde APILAM queremos invitar a una breve reflexión acerca de la violencia contra las mujeres y la lactancia materna.
La Organización de Naciones Unidas define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se produce en la vida pública como en la
privada” [1] .
Dentro de la violencia contra la mujer, existen tipificados diversos tipos de violencia, entre ellos, la violencia obstétrica. Este tipo de violencia, todavía no ha recibido un consenso internacional sobre cómo definirlo, pero existen diversas definiciones sobre este término. Así, según Jesusa Ricoy, la violencia obstétrica puede definirse como “cualquier práctica o actitud médica, expresada mediante el lenguaje o los actos, que durante el seguimiento gineco-obstétrico de las mujeres embarazadas, parturientas o lactantes, ignora los derechos, deseos, decisiones, necesidades, emociones y/o dignidad de las mujeres, así como la de sus bebés”. En este escenario, es preciso reflexionar acerca de la lactancia materna.
Las mujeres, profundamente condicionadas a la hora de amamantar
En nuestro ámbito cultural y social, como mujeres, hemos sido educadas en un contexto en el que nos han hecho creer que nuestro cuerpo, o bien funciona mal, o bien no es lo suficientemente bueno. No es de extrañar que, además, junto con los estereotipos de la moda de mujer delgada, esbelta, con unos pechos que tienen una forma determinada, una posición determinada, y una inserción de la areola y el pezón determinados, las mujeres nos sintamos profundamente condicionadas a la hora de amamantar.
Si a todos estos condicionantes, se la añade la escasa formación de los profesionales sanitarios, producto evidente de la falta de investigación, interés y educación sobre el género, se perfila una clara conjunción que resulta perfecta para la entender la escasa cultura de la lactancia.
Toda esta situación, no puede desvincularse, de ciertos factores políticos y legislativos que ayudan a perpetuar una violencia institucional que crea un mundo hecho por y para los hombres. En este sentido, en España, las mujeres no pueden obtener un permiso de maternidad lo suficientemente extenso como para atender las necesidades de su bebé y poder ofrecer una lactancia materna exclusiva en los primeros 6 meses de vida tal y como la OMS y UNICEF recomiendan.
Solo un 16.8% consigue una lactancia materna exclusiva a los 6 meses
Es difícil en tan escaso espacio escrito poder plasmar cómo la conjugación de factores y condicionantes para la lactancia materna se han perpetuado en el tiempo para atentar contra la misma, pero, sin lugar a duda, la mezcla de estos condicionantes ha dado lugar al panorama actual que sigue sin favorecer el establecimiento y el mantenimiento posterior de la lactancia materna, obteniendo datos tan llamativos en algunas investigaciones como que más del 35% de las madres puérperas no se sienten apoyadas durante el postparto en cuestiones de alimentación y cuidados del bebé [2] y, en caso de elegir lactancia materna como forma de alimentación, más de un 37% de las mujeres no se sintieron apoyadas ni fueron ayudadas a resolver dudas o dificultades relacionadas con la lactancia [2] . Con esta visión, no es de extrañar que iniciando la lactancia en cerca de un 95% de las mujeres al dar a luz, tan sólo un 16.8% de estas mujeres lleguen a conseguir una lactancia materna exclusiva a los 6 meses [3] .
Bibliografía
1. World Health Organization. Violencia contra la mujer.
https://www.who.int/topics/gender_based_violence/es/#:~:text=Las Naciones
Unidas definen la,producen en la vida pública. Published 2020. Accessed
November 24, 2020.
2. Mena-Tudela D, Iglesias-Casás S, González-Chordá VM, Cervera-Gasch A,
Andreu-Pejó L, Valero-Chilleron MJ. Obstetric Violence in Spain (Part I):
Women’s Perception and Interterritorial Differences. Int J Environ Res an Public
Heal. 2020;17(21):7726. doi:https://doi.org/10.3390/ijerph17217726
3. Cabedo R, Manresa JM, Cambredó MV, et al. Tipos de lactancia materna y
factores que influyen en su abandono hasta los 6 meses. Estudio LACTEM.
Matronas profesión. 2019;20(2):54-61.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7203765. Accessed December
26, 2019.
4 respuestas
No hay que dejar que pare la reivindicación y lograr la igualdad en todos los aspectos de la vida
Es absolutamente cierto y creo que aunque se hace un gran esfuerzo para promover la lactancia materna, a veces es un poco intimidante para esas madres tan condicionadas el mundo de la lactancia. Es como ir de negro a blanco y eso a veces parece imposible para muchas madres. La manera de aliviar ese condicionamiento sin duda debe ser mediante la “normalización” de la lactancia en la crianza de niños de ambos sexos para que sea más fácil cuando se conviertan en padres. Y en hombres y mujeres adultos crear una entrada a la lactancia con la que se sientan cómodos y así paso a paso tener cada día más “fans” para este maravilloso proceso.
Mi experiencia:
Mi hijo nació con el frenillo largo y estuve amamantando lo con muchísimo dolor durante tres largos meses, hasta que cesó el dolor, y es ahora después de 14 años que vuelvo ha estar embarazada, que me entero que fue debido a esa circunstancia que sufriera durante todos esos largos meses.
Quiero decir, con esto, que no se me informó de este detalle que se tenia solucion y no sé planteó, con lo que podía haber desistido en mi afán de amamantar pero como madre y teniendo en cuenta los cuidados del bebé y pensando que era lo normal, mi instinto continúo con su misión materna.
Las mamás estamos a merced de lo que nos cuenten los expertos a no ser que usemos el sentido común y nos comuniquemos las uñas con las otras,
Es por ello que dejó aquí mi experiencia para que pueda servir de referente!
Amamantar es una misión de vida natural para ambos la mamá y el bebé.
Saludos!
Es un problema de Salud Pública: está demostrado amplía y científicamente la gran cantidad de patologías evitables en criaturas y madres que aporta la lactancia materna y desde luego un parto respetado. Quizá uno de los más importantes sean los beneficios emocionales que que al final conducirán a un mundo mejor y una humanidad más feliz. El apoyo a las madres y a sus criaturas es un asunto político de primera magnitud. Y así deberían afrontarlo todas las instituciones y el gremio sanitario.