Artículo de Leonardo Landa, pediatra y cofundador de APILAM
Desde finales de la II Guerra Mundial, cuando se inició el cambio de paradigma y los cambios socioculturales acompañaron la instauración de nuevas lógicas con las que se cimentó la introducción de otras formas de alimentación infantil, hemos tenido la sensación de que se hizo necesario instaurar una nueva narrativa que desacreditara la alimentación al pecho de la madre y así justificar el cambio.
En consonancia con ello, a mediados de los años 50, el profesor norteamericano Samuel J. Fomon (1), presidente del Comité de Nutrición de la Academia Americana de Pediatría (1960-63) y laureado por la industria de alimentos, dirigió sus esfuerzos a demostrar que la leche humana es nutricionalmente deficitaria. Como por ejemplo, alegando un bajo contenido en proteínas y hierro. En consecuencia, los fabricantes añadieron un alto contenido en este nutriente de las fórmulas infantiles.
El uso sistemático de leche de fórmula, el mayor ensayo no controlado en humanos
Hoy, nadie discute que aquello fue un error, por la sobrecarga a los riñones que ello supone, riesgo de hipertensión arterial, obesidad y efectos nocivos sobre el sistema cardiovascular. No en balde, en la misma época, Derrick y Patrice Jelliffe alzaron voces de protesta acuñando el término de “malnutrición comerciogénica” por el uso sistemático de fórmulas infantiles, asegurando además que se trató del mayor ensayo no controlado en humanos.
Con el trascurso del tiempo y los avances tecnológicos, el conocimiento de los componentes y propiedades de la leche humana ha alcanzado un nivel tal que, aunque previsible, mantiene intrigada a la comunidad científica. Los estudios epidemiológicos corroboran tales hallazgos al constatar menor mortalidad y morbilidad en los niños menores de 2 años, también en los países de altos ingresos.
Uno de estos estudios de gran impacto ha sido sin duda, el realizado por el profesor Michael Kramer de la Universidad McGill (Canadá). Surge un problema metodológico al estudiar los efectos de la lactancia materna, por la imposibilidad ética de asignar al azar a madres que amamantan y otras que no lo hacen. La aleatorización es fundamental para una mayor solidez y fiabilidad de los resultados.
El proyecto PROBIT y los 10 pasos de IHAN/UNICEF
El profesor Kramer, con su proyecto PROBIT, dio cabal respuesta a este dilema al plantear un modelo con asignación aleatoria a instituciones en lugar de personas y que permitió la creación de cohortes o grupos de sujetos a quienes fue posible seguir en el tiempo para después poder analizar los resultados. Se escogió al azar a hospitales de Bielorusia (Belarus) para recibir una intervención consistente en instaurar los 10 pasos de UNICEF, conocida en España como Iniciativa para la Humanización del Parto y la Lactancia (IHAN).
Esos resultados muestran efectos muy intensos durante los primeros años de vida, que sin embargo se ven diluidos con el paso del tiempo por la gran cantidad de variables que van surgiendo y que modifican los resultados, en especial los dependientes del sistema alérgico-inmunológico, cognoscitivo-neurológico, cardiovascular etc. El propio investigador reconoce en una publicación de 2010, que aún queda por dilucidar si existe una suerte de programación con efecto a largo plazo o se trata de un “efecto agudo” durante un período crítico.
Los estudios del profesor Kramer, tergiversados y descontextualizados por los medios
Éste y otros estudios con menor rigor metodológico apuntan en la misma dirección, dando pie a la aparición recurrente de escritos sesgados y descontextualizados en medios de divulgación masiva, al extremo que motivó una aclaración por parte del
Prof. Kramer en el periódico británico Independent (02/08/2009)(2) bajo el título: La prensa distorsionó mis palabras, donde dice: “medios de prensa como Times me citan aseverando que yo dije que existe muy poca evidencia sobre el efecto de la lactancia materna en el sentido que disminuye el riesgo de una variedad amplia de enfermedades, desde leucemia a enfermedad cardíaca, cuando en realidad lo que dije es que la evidencia existente sugiere que la lactancia materna puede disminuir el riesgo de padecer leucemia, linfoma, enfermedad inflamatoria intestinal, diabetes tipo 1, enfermedad cardíaca e hipertensión arteria. Todo lo que admitió fue que necesitamos más y mejores estudios para refrendar tales hallazgos”.
Fake news publicada por el diario Times
En el mismo artículo, el científico reconoce el derecho de los periodistas a publicar sus propias opiniones, pero no respaldar esas ideas mediante la tergiversación de las declaraciones del experto. Añadió, que al margen de toda la discusión sobre qué alimento es mejor, dijo desconocer la existencia de estudios que mencionen las ventajas para la salud de la alimentación con fórmula.
La última de estas publicaciones apareció en un medio digital español que presume de combatir las noticias falsas sin embargo, da por válida la “fake news” publicada por el periódico Times mencionada por el Prof. Kramer. Además, utiliza como argumento la lamentable experiencia de una madre y que tuvo el infortunio de haber recibido una atención a todas luces reprochable, por no ser un ejemplo de buena práctica según los estándares de los 10 pasos de la IHAN, y cuyo fin era demonizar la lactancia materna.
La IHAN, eficaz en la promoción de la lactancia materna
La decisión de la madre debe ser respetada sin apelativos, garantizando en todo momento que tal decisión sea informada sobre una base científica y alejada en cualquier caso de opiniones y actitudes personales por parte de los sanitarios. Con este objetivo se ofrecen cursos de formación con énfasis en las habilidades de comunicación tanto verbales como gestuales. Lamentablemente, pueden ocurrir excepciones que confirmen la regla.
La IHAN ha visto consolidada su eficacia en la promoción de la lactancia materna desde las instituciones de salud, tanto hospitales como atención primaria. No resulta pues extraño, que sea un blanco apetecido por quienes se oponen a la práctica de la lactancia natural, ya sea de forma gratuita o interesada. Puede suscitar el rechazo por quienes ven peligrar sus áreas de influencia y confort en la práctica asistencial, como puede ser la introducción de guías clínicas más respetuosas con la parturienta y el recién nacido, cuya la finalidad es facilitar el amamantamiento por las madres que lo deseen. Ello está en la raíz de cierta publicación mencionada en el artículo del medio digital español.
El modo de alimentación, no debiera verse influida por publicaciones tendenciosas sin fundamento científico
El período del posparto inmediato es crucial para el inicio y consolidación de la lactancia sometido a la vez a múltiples condicionantes con frecuencia ajenos a la propia madre. Experiencias traumáticas durante el embarazo y el parto, más labilidad emocional y tendencia a la depresión, estados de ansiedad que propician confusión y diferentes grados de aceptación del bebé, conflictos familiares y la incertidumbre frente al inicio de una nueva relación con su hijo, que demanda urgentemente el establecimiento del vínculo, inicio de la producción de leche, dependientes ambos en un estrecho contacto y succión frecuente del pezón. Tarea múltiple que debe enfrentar la madre independientemente del modo de alimentación que elija para su bebé y que no debiera verse influida por publicaciones tendenciosas sin fundamento
científico. Todo lo contrario, recibir el apoyo efectivo tal y como lo contempla el programa de la IHAN.
1. Samuel J Fomon – Champion of Growth. Ann Nestlé [Engl] 2007;65:93–94
2. https://www.independent.co.uk/life-style/health-and-families/healt…ss-twisted-my-words-says-academic-in-breast-milk-row-1766147.html
2 respuestas
Hacía falta un artículo así. Gracias 🙂
GRACIAS Leo. Espléndido como siempre. Un abrazo.