Si estás dando el pecho, seguro que en algún momento te has visto en la necesidad de extraerte leche para que otra persona se la ofrezca a tu hijo o hija cuando no estás. Es una situación de lo más habitual pero muchas veces nos puede generar dudas y miedos. En este artículo vamos a intentar resolverlas.

 

El sacaleches, ¿necesario?

Lo primero, tal vez, sea plantearse: ¿es necesario un sacaleches? Tal vez, tu necesidad es puntual y puedes extraerte la leche de manera manual. Tal vez, si tu necesidad es más frecuente, es posible que necesites hacerte con un sacaleches para extraerte la leche del pecho.

Aquí las opciones son muchas. Existen sacaleches manuales que suelen ser los más baratos, o los electrónicos e incluso algunos que no necesitan que los estés sujetando. Elige el que más cómodo te resulte o se adapte a tu presupuesto porque también el precio variará de una opción a otra.

 

Una vez extraída la leche, ¿cómo la conservamos?

Gracias a sus propiedades antibacterianas, la leche materna se puede almacenar durante largos periodos de tiempo, en determinadas condiciones.

Esta es la tabla elaborada por ABM y AELMA

Lugar                     Temperatura               Duración
Ambiente                 16-29ºC                              4 horas
Frigorífico                4ºC                                      4 días
Congelador
dentro frigo
        **                      < 12ºC                                  15 días
Congelador
puerta separada
       ***                       < 18ºC                                2 meses
Arcón o congelador
puerta separada          20º- 24ºC                      6 – 12 meses

 

Es cierto que las sustancias protectoras de la leche materna evitan que tenga bacterias, pero aún así para evitar que se pierdan defensas, si tienes la intención de congelarla es mejor que lo hagas lo antes posible. Para ello, enfríala en un recipiente con agua fría y después congélala.

Si estás fuera de casa y no puedes congelarla en el momento, puedes mantenerla en una neverita portátil y congelarla en cuanto llegues a casa.

Y una última cosa importante. Si tienes dos extracciones de leche realizadas en diferentes momentos, puedes mezclarlas, pero primero tienen que estar a la misma temperatura. Por ejemplo, puede que saques ahora 10 mililitros y los pongas en la nevera para su conservación. En un ratito, puedes extraer nuevamente 10 mililitros más. Para mezclar ambas extracciones debes primero conservar ambas extracciones a la misma temperatura, en la nevera. Posteriormente, puedes sumar la segunda a la primera y obtener un envase con 20 mililitros y congelarla.

¿Qué envases debo utilizar para conservar la leche materna?

Debes utilizar envases diseñados para el uso alimentarios. Los mejores son envases para congelación de cristal, ya que el plástico puede desprender sustancias con efectos adversos para la salud como el ftalatos y bisfenol A.

Si utilizas bolsas de plástico almacénalas bien cerradas, dentro de un recipiente rígido, en el interior de la nevera, para evitar pinchazos que supondrían pérdidas o contaminación.

¿Cómo limpio los envases para mantener leche materna?

Antes de utilizarlos, límpialos bien con agua caliente y jabón, aclarándolos a continuación y dejándolos secar al aire. También puede utilizarse el lavavajillas, pero no es necesario esterilizarlos.

Cómo descongelar y calentar la leche materna

La leche se puede descongelar fácilmente sumergiendo el recipiente en otro con agua caliente, mejor que calentándola directamente. Es preferible no utilizar el microondas porque el calentamiento es irregular y pueden producirse quemaduras. Una vez calentada, conviene agitarla antes de probar la temperatura.

La leche descongelada se puede guardar en la nevera 24 horas, pero no se debe volver a congelar. Es preferible descongelar pequeñas cantidades, las que se vayan a utilizar inmediatamente,  para evitar pérdidas de nutrientes y de factores de defensa.  La leche que haya probado el bebé no se debe almacenar de nuevo.

¿Se hace mala la leche materna?

Al descongelar la leche puedes notar que tiene un olor a rancio. No te preocupes se debe a una sustancia que se encuentra en la leche, llamada lipasa. El enfriamiento rápido y la congelación posterior evita el enranciamiento en muchas ocasiones.

Para prevenirlo, se puede escaldar la leche (calentar hasta observar que se empiezan a formar burbujas o una ligera espuma en los bordes del recipiente) y luego dejar enfriar y congelar.

Una vez que tiene olor rancio no se puede eliminar, pero se la puedes dar al bebé sin problema, no es perjudicial. Aunque eso sí, muchos la rechazan por el sabor.

 

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- José María Paricio, presidente de APILAM y creador de e-lactancia

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